Es indiscutida la recomendación del consumo cotidiano de cinco raciones de frutas y verduras frescas. Sin embargo, hay numerosas maneras de incluir fruta en nuestra alimentación, una de ellas es la versión deshidratada.
Para deshidratar frutas tenemos distintos métodos, pero el más recomendado es al sol, un un proceso ancestral que hoy en día se ha comercializado pero continúa basándose en elementos que suministra la naturaleza gratuitamente, su procedimiento es el siguiente:
Se corta la fruta en rebanadas finas, de aproximadamente un milímetro de ancho, y luego se coloca una placa con papel aluminio. 10 días es el tiempo que se necesita para deshidratar una fruta al aire libre. La desventaja de esta técnica es su lentitud y su alta tasa de desperdicios por pudriciones, polvo, etc.
Otra forma es en hornos y fuentes alternativas de calor.Podemos aplicar este método en nuestros hogares. Para una adecuada eliminación dela humedad conviene cortar la fruta en trozos e introducirlos en una placa y llevarla al horno a temperatura media a baja. Hay que darla vuelta más de una vez para que no se queme. Cuando empieza a secarse, tenemos la opción de pasarla a una rejilla, para que quede mejor. El tiempo requerido oscila con cada fruta y de acuerdo a la cantidad de agua que posea,, pudiendo prolongarse entre 3 y 6 horas.
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