Para evitar riesgos innecesarios, como por ejemplo casos de anisakis, hay que congelar el pescado fresco recién comprado, ya que el producto bien congelado no pierde un ápice de calidad.
- En el frigorífico, es mejor conservar la pieza entera, sin descamar. Protegerlos bien, evitando el contacto con el aire ya que se oxida. Bajo esas condiciones, un pescado de escama dura puede llegar a conservarse incluso 10 días.
- Para congelarlo, pídale al pescadero que lo arregle en filetes y descamado. Sólo es preciso escurrirlo bien y envolverlo en papel film o de aluminio. Lo congelaremos recién comprado para que no pierda las propiedades.
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