A pesar de lo que siempre nos dijeron, las grasas no tienen porqué ser las enemigas de nuestra silueta y buena salud. Preferir las aliadas en cantidades controladas y evitar la ingesta de ciertos carbohidratos resulta clave para poder reducir las adiposidades localizadas.
Las grasas son un importante fuente de energía y cumplen funciones esenciales en nuestro cuerpo. Además, algunas grasas de las buenas pueden ayudarnos a perder peso justamente en la zona más "preocupante", la abdominal.
Según recientes investigaciones, las grasas no serían las enemigas número uno del sobrepeso: siempre y cuando elijamos las "buenas" y las consumamos en su justa mediad. Por otra parte, los hidratos de carbono, como dulces y harinas, serían más "peligrosos" para nuestro peso de lo que pensábamos.
Añadir ácidos monoinsaturados a las comidas ayuda a quemar grasas. Los alimentos ricos en estos ácidos como el aceite de oliva, la palta, las semillas, las aceitunas, las legumbres y los frutos secos pueden ayudarnos a reducir o terminar con la grasa abdominal y afinar el talle y la cintura.
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