
Cuando el ácido subre por el esófago del bebé, le produce una desagradable sensación de quemazón, que habitualmente se traducen en su rostro.
- Fabrica mucha saliva para neutralizar el ácido que está en el esófago.
- Cuando está durmiendo se despierta irritado sin causa aparente.
- Rechaza el alimento ya que asocia el acto de comer con la posterior sensación de reflujo que esto le provoca.
- Puede tener broncoespasmo reflejo.
- Ascenso de peso insuficiente
- Mal aliento
- Frecuentes dolores abdominales y ardor en la parte superior del abdomen.
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